Personaje

Jose Sorregieta
Historia
Previamente al estallido de la guerra, huye a Francia. Inicialmente se traslada a Mutriku, donde pasa la noche en la casa de un pescador, posteriormente se dirige a Bermeo, y finalmente, consigue embarcar hacia Francia. Desde entonces, José sentía un gran afecto por los pescadores. Según contaba, vistieron su cama con unas sábanas blancas níveas.   Era consciente de que siendo concejal corría peligro. Cuando regresa del exilio, intenta volver a su antiguo empleo en La Salvadora. Llega a un acuerdo con el gerente de la fábrica, pero debido a las denuncias de la comandancia de Tolosa, está más de un año sin trabajar. Ante la delicada situación en la que se encuentra, decide hablar con Víctor González, quién realiza las gestiones oportunas para que cesen las denuncias contra él. En una ocasión, en un bar de Villabona, Juan Barbe le dijo a José Sorregieta que había andado listo marchándose. Según sus familiares, Sorregieta era republicano radical; estaba a favor de Azaña y del Estatuto vasco y otorgaba una gran importancia a la justicia social. Tenía la esperanza de que la república volviera. “Libertad sí pero siempre con las manos atadas” solía decir. En una ocasión, tras perder la guerra, Antton Subijana le dijo lo siguiente: “oye, Pepe, ahora tendrás que ponerte la txapela roja” a lo que José le contestó: “ni hablar, no quiero pensar como tú”. Antes del estallido de la guerra, cuando ocupaba el cargo de concejal, escribía en la prensa, normalmente, sobre temas relacionados con la actividad municipal. Era una persona con una amplía formación y estaba muy implicado en la gestión municipal. Estuvo exiliado cerca de Hendaya. Su madre y su hermano le enviaban dinero.
Observaciones
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